Esta mañana, viendo el programa Los desayunos de TVE antes de salir para la oficina estuve viendo la entrevista que le hicieron a la ministra de vivienda, la señora María Antonia Trujillo. Al margen de la polémica suscitada por los minipisos de nuestra querida ministra o por su humilde despacho, me llamó mucho la atención y me dió mucho que pensar una cosa que contó le había pasado:
En un lugar público un matrimonio le comentó que a ver si hacía algo para que las viviendas fueran más accesibles para personas jóvenes como la hija de este matrimonio (de veinti pocos). Ella les preguntó: ¿Ustedes tiene vivienda propia?, ellos contestaron que sí, entonces la ministra les dijo ¿Ustedes quieren que su vivienda se revalorice con el tiempo, no? a lo que el matrimonio respondió que sí también...
Esto me ha dado mucho que pensar: La gente que ya tiene una hipoteca quiere que su casa siga aumentando de valor, y la gente que aún no tiene hipoteca no quieren que los precios se sigan inflando. ¿En qué quedamos? ¿Realmente somos tan cínicos como para pensar que quienes únicos se benefician de la burbuja inmobiliaria son las inmobiliarias? ¿No será que en el fondo estamos atrapados en un juego de doble moral en el que cada cabra tira pa su monte?
En complicada situación hallémonos :-)
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